La necesidad de profesionales de salud mental
Foto: coachingpsicologia.com |
No vivimos los mejores tiempos ni es la más sana de las sociedades que digamos.
Sin caer en política, aunque sea por un momento, debemos admitir que nuestro pueblo atraviesa por un momento difícil en su existencia. Éste, habiendo estado acostumbrado a cierto nivel de vida o a cierto poder adquisitivo, ha visto cómo esto ha mermado significativamente, en parte por graves consecuencias a sucesos internacionales en los últimos 10 años y ciertas desacertadas decisiones financieras.
Esto ha llegado al terrible cuadro de decenas de miles de despedidos en los sectores público y privado, que súbitamente se han visto desprovistos de toda seguridad, siendo arrojados a un abismo de incertidumbre.
En este clima podría ser más necesario que nunca algo que quizás jamás hayas considerado: un profesional de la salud mental.
No es “cosa de locos”
Muchos, aun necesitándola, se niegan a recibir ayuda profesional en el área de salud mental.
Y es que debemos acudir al psicólogo cuando detectamos que uno o varios problemas dificultan e interrumpen la fluidez de nuestra vida, inyectando negatividad e impidiendo que la disfrutemos a capacidad. Y es que el psicólogo, un experto en salud mental, como un amigo, nos va llevando a encontrarnos con nosotros mismos y con nuestras dificultades, ayudándonos a superarlas. No, no es una “cosa de locos”, por el contrario, eso sería no contar con esta ayuda.
Debemos acudir al psicólogo cuando...
• La tristeza, la apatía y la falta de ilusión nos agobian y nos dicen que nuestras vidas carecen de sentido.
• Somos incapaces de encontrar algo positivo en nuestras vivencias cotidianas, vemos todo amenazante y nos sentimos solos, incomprendidos o desatendidos.
• Pensamos que todo nos sale mal y que las cosas no van a cambiar.
• El temor o la inseguridad nos impiden desarrollar nuestras habilidades y disfrutar de los seres que nos rodean y las actividades que más nos gustan.
• La obsesión por padecer graves enfermedades o contagiarnos de ellas nos lleva a conductas extrañas y repetitivas.
• Casi cualquier situación hace que perdamos el control y sólo sepamos responder con agresividad o con gran llanto.
• Beber o consumir cualquier otra droga u hábito se ha convertido en una adicción de la que no sabemos salir.
• El estrés nos provoca insomnio, problemas digestivos, cardiovasculares y sexuales.
En estos momentos tan oscuros, un psicólogo puede ayudarte a que salga el sol.
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