Sí, puede deberse a enfermedad
Foto: gentenatural.com |
“Pocavergüenza”, “vagancia”, “si tuviera pies en la espalda estaría todo el tiempo para’o”. Esta y muchas frases más hablan de la ociosidad, la holgazanería, la vagancia. Y, aunque existen infinidades de motivos y factores, que van desde lo sociológico, lo económico y lo cultural, para sostener que en nuestro país ha habido un descenso en los estándares de la cultura de trabajo, de su ético y del celo en el servicio, a veces hay razones fisiológicas para que a un ser humano le falten energías para realizar aquello que le toca hacer, y hasta para lo que quiere hacer.
Eso que llamamos cansancio, fatiga, agotamiento, letargo, o astenia (¿a que no conocían esa?) es una sensación de falta de energía física, mental o ambas. No siempre el cansancio es igual a la somnolencia (sensación de sueño) aunque pueden estar asociados. El cansancio es una respuesta importante y normal tras un esfuerzo físico, tensión emocional o carencia de sueño.
Cuando el cansancio o agotamiento con o sin adormecimiento, o con o sin apatía se da sin una causa aparente, puede apuntar a un síntoma de algún mal del cuerpo y ser evaluado médicamente.
Este, sobre todo, puede estar siendo señal de alguna dolencia si aparece por la mañana, o por si la persona se agota antes de lo normal. Cuando se da desde el mismo despertar puede ser un síntoma de depresión.
Tampoco se puede olvidar que el cansancio se suele presentar en situaciones normales de la vida por causa de aburrimiento, infelicidad, desilusión, carencia de sueño o trabajo duro.
Posibles causas de cansancio
Entre las posibles causas detrás del cansancio se encuentran la alimentación deficiente, la acromegalia (producción excesiva de la hormona del crecimiento), anemia, artritis reumatoide juvenil, cáncer, diabetes, alergia al polen, depresión, enfermedad de Addison, hipotiroidismo, infecciones crónicas por bacteria (como infecciones urinarios o endocarditis), por virus (como mononucleósis, hepatitis o gripe), insomnio crónico, insuficiencia cardiaca congestiva, lupus eritematoso, y la acción de ciertos medicamentos, como ansiolíticos, diuréticos, para la alta presión o la alergia), recuperación de una cirugía y SIDA.
Una vez se identifiquen las posibles causas, se deben atender por separado. Si tras esto no se mejora se debe acudir al médico. Este, tras una historia clínica y una exploración física, que incluirá una atención especial al corazón, pulmones y glándula tiroidea, le puede realizar unos estudios diagnósticos, para posteriormente tratar la afección a la que esté apuntando el cansancio.
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