La Influenza (H1N1)

Una enfermedad para estar prevenidos, pero no entrar en pánico...


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Foto: hablandoconclaridad.blogspot

Para 1918, cuando acababa la Primera Guerra Mundial, se desató una terrible epidemia que costaría alrededor del mundo todavía más muertos que los que se llevaría el conflicto que cerraba el mismo año. Cuando terminó su obra en 1919 dejó entre 50 y 100 millones de seres humanos sin vida. Era un virus de influenza A del tipo A(H1N1), al que se le llamó influenza o gripe española.

Noventa años después de la desaparición de ésta, en abril de 2009 apareció en México una cepa del virus tan sólo diferente en su material genético alrededor de 30 aminoácidos de los cerca de cuatro mil que lo conforman.

Ya en pocos meses había cubierto el mundo, por lo que la Organización Mundial de la Salud la declaró epidemia de categoría 6 (pandemia en curso).
  Sin embargo, ahí se detienen las semejanzas. Y es que aunque es una cepa muy parecida, y sí causó decesos en todo el planeta, estos llegaron a un estimado de alrededor de 18,300 cuando el 10 de agosto de este año, 14 meses después de su estallido, se había anunciado que la enfermedad le había dado la vuelta al mundo.

Esta cantidad es menor que la que cada año deja la gripe común. Pero esto no quiere decir que haya que bajar la guardia, por lo que siempre se le  recomienda a la ciudadanía medidas de prevención como las siguientes:

• Evitar el contacto directo con las personas enfermas o que tengan fiebre y tos.
• Lavarse las manos con agua tibia y jabón durante 10 y 20 segundos de manera frecuente. Lavarse también entre los dedos, y por último el pulso o la muñeca. Como alternativa, puede usar alcohol en gel o líquido para desinfectar.
• Tratar de no tocarse la boca, nariz y ojos.
• Ventilar los lugares habitados.
• Taparse la boca y la nariz al estornudar o toser con un pañuelo desechable o, si no se tuviera, con el pliegue o cara anterior del codo.
• Usar mascarillas o barbijos (recomendable solamente en ambientes públicos o en cercanía a contagiados), recordando que tienen un determinado tiempo de uso.
• Evitar los besos y dar la mano al saludarse. Además, evitar contactos muy cercanos, tales como compartir vasos, cubiertos y otros objetos que hayan podido estar en contacto con saliva o secreciones.
• Vacúnate.


Recuerda, no bajes la guardia. La prevención puede hacer una diferencia entre vida y muerte.

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