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Gastritis



Por: Sandra López

Foto: www.ecoosfera.com



                    Esa terrible rebelión del estómago


Lo que conocemos por gastritis es la inflamación de la mucosa del estómago, es decir, el tejido de recubrimiento en el espacio interior. Esta condición puede ser producida por diferentes causas y ocurre cuando se da un exceso de secreción ácida porque se haya comido algo muy fuerte, por la utilización de ciertos medicamentos, o bien la infección por la bacteria Helicobacter pylori.
Los síntomas de esta afección pueden comenzar con acidez del estómago, una quemazón a nivel de estómago y que sube por el tórax, pérdida de apetito, náuseas, y a veces vómitos. En ocasiones puede estar asociado a la presencia de gases intestinales con eructos, distensión abdominal y mal sabor en la boca.
Para tratar la gastritis se suelen utilizar antiácidos, o reguladores de la acidez gástrica, o medicamentos que disminuyan la secreción gástrica, como los llamados inhibidores de la bomba de protones. Sin embargo, el tratamiento prioritario cuando se da gastritis es de orden alimentario. Es en este aspecto que damos estos consejos…  

Cuando ocurre gastritis los alimentos recomendados son:

CARNES- Vaca, ternera (cocida, asada o al horno sin grasa), pollo (cocido o asado) sin piel, jamón cocido.
PESCADOS- Mariscos al natural (sin aceites que podrían aumentar la acidez).
FRUTAS- Manzana, pera cocidas o en puré. Evitar los cítricos.
SOPAS- De verduras, de carne, de arroz blanco, todas con poca sal.
HUEVOS- De cualquier forma, pero sin aceite.
PAN- blanco o integral.
VERDURAS- Todas cocidas, sin aceite.
LÍQUIDOS- Agua, manzanilla, etc.
LÁCTEOS- Yogurt, quesos.

Entre los que no se recomiendan están:

especias, mayonesa, mostaza, ketchup, mantequilla, margarina, vinagre, refrescos, chocolate, café solo o con leche, leche, alcohol. Salsas grasas, frituras, enlatados, embutidos, alimentados condimentados y tabaco.

Debes también a la hora de comer considerar:

• Comer bien en las horas fijas, sin hacerlo entre horas.
• Masticar bien y despacio.
• Comer sentado con tiempo.
• No tomar líquidos abundantes con las comidas.
• Tomar líquidos a pequeños tragos.
• No comer exageradamente.
• No tomar alimentos muy calientes o muy fríos.
• No acostarse tras la comida.
• No dejar de hacer las comidas; los ayunos prolongados deben evitarse.

Aparato Digestivo

 

Foto: es.hdbuzz.net

Más que una simple tubería


buenavidaDigital

Muchas veces, cuando se habla del sistema digestivo se puede pensar en una “tubería” por donde transita el alimento. Pero tras este concepto puedes encontrar una inmensa y trágica ignorancia. Porque esa “simple cañería” es un sistema maravilloso, que así tiene que ser a fin de sostener tu vida.

Y es que se trata de una gran planta procesadora donde todo se aprovecha, todo se separa y se envía adónde se necesita; un gran aparato logístico. Y por lo mismo está interactuando con absolutamente todos los sistemas con que el cielo te dotó para preservarte en este mundo.

Para comenzar, el sistema digestivo tiene una muy estrecha relación con el cerebro y el sistema nervioso (de hecho en un momento muy temprano del desarrollo prenatal fueron un mismo tejido, por lo que una alteración en uno la provoca en el otro).

Para sólo darte un ejemplo, te diremos que las células del estómago a cada segundo, por orden nerviosa, producen literalmente trillones de moléculas de ácido clorhídrico, lo que conocemos como los jugos gástricos. Así mismo está conectado con el sistema circulatorio, el endocrino, el urinario y el respiratorio.

Los órganos grandes y huecos del tracto digestivo poseen una capa muscular que permite que sus paredes se muevan. El movimiento de estas paredes puede impulsar los alimentos y los líquidos, y mezclar el contenido dentro de cada órgano. Los alimentos pasan de un órgano a otro mediante un movimiento muscular que se llama peristaltismo. Así se mueve el alimento como las “olas” que hacen en los estadios.

Foto: es.hdbuzz.net

Podíamos comenzar por la boca, en la que se tritura, desgarra y muele el alimento, mientras se mezcla con la saliva, que tiene enzimas que ya comienzan a transformar químicamente el alimento. De ahí al esófago, que lo llevará al estómago.

El estómago, por su parte, debe realizar tres tareas: almacenar los alimentos, mezclar estos con los jugos que produce y vaciarse hacia el intestino delgado, donde los nutrientes serán extraídos al alimento para su aprovechamiento por parte del cuerpo. 


En esta parte participan el hígado, el páncreas y la bilis para poder procesar hidratos de carbono, proteínas y grasas. Aquellos que no han podido ser absorbidos, como por ejemplo las fibras vegetales, pasa por el intestino grueso, que tampoco es otra “cañería”, ya que se trata de un sistema inteligente que recoge el agua que se encuentra en el alimento para su aprovechamiento. Es por esto que cuando el cuerpo tiene poca agua existe una propensión hacia el estreñimiento.

Finalmente el material de desecho pasa hacia el colon, donde permanece hasta que se expulsa como materia fecal durante la deposición.

Aquí te lo hemos explicado a grandes rasgos y ya puedes atisbar que es una maravilla. Una serie de milagros, lo más simple para que goces de salud y vida.

Bariátrica

Cuando el sobrepeso se pierde en el quirófano



Estamos hablando de un procedimiento quirúrgico que es una última opción para enfrentar un sobrepeso que amenaza a la salud del paciente. No es una operación cosmética, ya que encierra unos riesgos que sólo se hacen válidos para enfrentar una amenaza mayor al bienestar físico del paciente de la mencionada condición.

La cirugía bariátrica, también llamada de derivación gástrica, ayuda a bajar de peso cambiando la forma cómo el estómago y el intestino delgado absorben y manejan el alimento que se consume.

Esto traerá como consecuencia dos efectos principales:

• Después de la cirugía, el estómago quedará más pequeño y el paciente se sentirá lleno o satisfecho con menos comida.
• El alimento que se consume ya no ingresará a algunas partes del estómago y el intestino delgado que lo descomponen. Debido a esto, el cuerpo no absorberá todas las calorías del alimento que se ingiere.


Por qué se realiza

Se trata de una opción cuando la obesidad de una persona es demasiada y la dieta y el ejercicio no ha hecho una diferencia significativa. Este procedimiento, se debe entender, no es un “remedio rápido” para la obesidad.

Aquel a quien se le realiza tiene que comprometerse con la dieta y el ejercicio porque debe continuar haciéndolos después de la cirugía. Y es que de hacerse así se podrían dar complicaciones. Un problema que algunas personas tienen es vomitar si comen más de lo que su nuevo y pequeño estómago puede contener. Las personas que se someten a esta cirugía deben estar mentalmente equilibradas y no ser dependientes del alcohol ni de las drogas psicoactivas.

Este procedimiento se recomienda más a aquellos que tienen por lo menos 100 libras de sobrepeso o alguna enfermedad seria que podría mejorarse bajando de peso.

Riesgos

La derivación gástrica es una cirugía mayor y tiene muchos riesgos, algunos de los cuales son muy serios. Se debe siempre consultar con el cirujano.
El riesgo de la cirugía en sí o de problemas después de la operación puede ser mayor de lo normal si el paciente es incapaz de caminar distancias cortas, si todavía se está en crecimiento o si se trata de un adulto de más de 65 años de edad.


Como todo procedimiento que conlleva la utilización de anestesia, el paciente tiene que enfrentarse a las secuelas del uso de ésta.

Entre los riesgos que podrían ser secuela de este procedimiento se encuentran ruptura o estrechamiento de la bolsa, anemia, niveles bajos de calcio, cálculos biliares o ataques a la vesícula, gastritis, acidez gástrica o úlceras estomacales, desnutrición, vómitos (por ingerir más de lo que la bolsa puede contener) y cálculos renales.