Las arritmias en el corazón

Corazón: Cuando pierde el paso

Fotos: Philosyphin.com

Está bien que el corazón corra cuando ves a una persona amada, pero si es así, sin manifiesto romántico alguno, sin alguna estimulación que la explique, pues estamos hablando de una condición cardiaca que hay que tratar.
Lo que definimos como arritmia es una alteración en la frecuencia del ritmo del corazón. En una arritmia puede que la frecuencia se vaya demasiado rápida (taquicardia), demasiado lenta (braquicardia) o que el ritmo se vuelva irregular.

Causas de la arritmia


Para la coordinación de este ritmo, el corazón tiene su propio sistema nervioso, su propia “cablería eléctrica”, con la que coordina el ritmo de ese tan vital órgano. Este comienza en el nódulo sinoatrial, también llamado sinoaricular, sinusal, o nódulo SA. Este es el marcapasos natural del cuerpo, la señal que envía este para los movimientos del corazón (una serie de contracciones y relajaciones musculares que se conocen como sístoles y diástoles). La señal parte del nódulo y viaja a través de las cámaras superiores del corazón, conocidas como aurículas o atrios, luego pasa a través de un segundo nódulo, llamado aurícula ventricular, y finalmente llega a las cámaras inferiores del corazón, que se conocen como ventrículos.
Las arritmias se pueden dar por fallos en este sistema.
El riesgo de padecer una arritmia puede depender de desequilibrios en la química sanguínea, como niveles anormales de potasio; miocardiopatía, cambio o debilitamiento del miocardio (músculo del corazón); insuficiencia cardiaca; glándula tiroides hiperactiva; o un ataque cardíaco previo. También pueden ser provocadas por algunas sustancias o fármacos.

Síntomas de la arritmia

 

Una arritmia puede estar presente todo el tiempo o puede ser intermitente. Se pueden o no sentir síntomas cuando la arritmia está presente o pueden sólo notarse cuando se está más activo. Estos pueden ser muy leves cuando se presentan o pueden ser graves o incluso potencialmente mortales.
Los síntomas comunes abarcan dolor torácico, desmayos, latidos cardiacos rápidos o lentos (palpitaciones), mareo, vértigo, dificultad para respirar, sudoración, palidez y cambios en el patrón del pulso.

Tratamientos para la arritmia


Estos generalmente se pueden tratar con fármacos reguladores o con la implantación de un marcapasos. Cuando la arritmia es grave se puede necesitar utilizar un desfibrilador.

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